¿QUÉ ES REALMENTE UN PRODUCTO ARTESANAL?


La vez pasada estuve en una heladería, mis hijos felices por los sabores, colores y todos los toppings que podían desear, yo por mi parte - al no ser tan fanático de los dulces - me quedé en duda un buen tiempo viendo la carta y la mesera al ver la incertidumbre en mi rostro me ofreció, como lo mejor del local su línea de helados artesanales a los que contesté "sorpréndame" y lamentablemente lo logró, más no de manera positiva, ya que este sabía a pura crema de leche, los cristales de hielo daban una sensación crocante y los colores eran tan fuertes, que parecía todo un desfile de banderas del día del orgullo o símiles; al final todo esto me hizo reflexionar sobre que tan bien o mal usamos el término "artesanal" y que tan condescendientes somos con estos productos, solo por no estar ligados a las multimillonarias industrias de los alimentos o por ser parte de un emprendimiento; así que hoy hablaremos de los PRODUCTOS ARTESANALES


¿QUÉ ES UN PRODUCTO ARTESANAL?

La RAE dice que artesanal es perteneciente a la artesanía, mientras que el Wicionario nos pone un concepto más acuerdo con el uso que actualmente le damos: Referido a algo, hecho de manera tradicional, con artesanía, o de manera manual; es decir, de la manera en que se fabricaban las cosas antes de la producción industrial. Otros autores se ponen más románticos y relacionan lo artesanal al arte, lo que convertiría el producto en un bien que no tendría igual y por lo tanto algo único. Siendo su opuesto lo industrial, se aleja de lo estándar, lo repetitivo y muchas veces también del plástico, empaques ostentosos e incluso de la información (código de barras) que estos suelen tener, renunciando con ello a su vida en anaquel, no solo al evitar los conservantes, sino también a la tecnología de empaques que siempre a tenido como fin extender la vida útil del producto.



ARTESANAL = INFORMAL

No tiene porque serlo, todo país tienen obligaciones para los productos alimenticios (y medicinas) y su libre circulación por el mercado, en donde - a través de análisis en laboratorios certificados - se comprueba que el producto cumpla con su composición, con lo que presume y que no contenga ninguna sustancia que sea - potencialmente - peligrosa para el consumidor. Los Registros Sanitarios en nuestro país también regulan el empaque, para que estos describan correctamente al producto y por ende, no brinden información engañosa al consumidor.

Un momento - Me obligan a dar los ingredientes, incluso le hacen análisis para comprobar su composición, ¿Cómo se que no robarán mis formulas, mis secretos? - A ver, una preparación no es solo ingredientes, lo es también la forma de hacerlo, los tiempos de maceración, fermentación, cocción, maduración, frío, calor; muchos ingredientes pueden usarse y perderse durante la elaboración (como el azúcar en la fermentación), así que, aún con las cantidades exactas gramo por gramo, no sirven de nada sin el flujo de elaboración y un detallado exacto de cada operación que es información propia del productor y que no tiene porque ser compartida en estos documentos.



UN PRODUCTO SIN PERMISOS, SERÍA UN PRODUCTO MALO

Un producto sin permisos sería informal y esto no lo hace malo, este puede ser de excelente calidad y sabor extraordinario, pero esa informalidad le resta responsabilidad con respecto al consumidor, no tiene porque ser honesto en los ingredientes porque no hay quien lo controle y ante una potencial reacción adversa, el consumidor sería el único responsable de lo que le suceda.

Pongamos un ejemplo: Imagina que tú y tu pareja compran una torta de tres leches artesanal deliciosa, y tras terminarla en su integridad, tu pareja comienza a experimentar hormigueo en los labios y posteriormente escozor y dificultad para respirar, los síntomas de su alergia a la soja podrían aflorar ante un producto que no tenía porque contenerla, a menos que el elaborador usara un sucedáneo lácteo que suelen tener a esta leguminosa como principal ingrediente; esto podría estar expreso en una etiqueta - que este producto carece - o en el empaque, pero el artesano nunca quiso ligar su producto a la producción industrial.

Nótese que en ningún momento hablamos de higiene o inocuidad, ya que esto no tiene porque ser una característica exclusiva de la industria, un artesano puede ser alguien que trabaje con extrema limpieza sin que ninguna norma o institución lo exija. Pero sí podría caer en errores, como el de vender jugos de fruta con el nombre de "néctar artesanal" cuando una norma te exige que si el producto posee cualquier otro ingrediente (agua, azúcar, colorantes) ajeno a la misma fruta, ya no se puede usar el término néctar.



CONDECENDIENTES O INDULGENTES

Algo que suele pasar mucho en el consumo de productos artesanales es que perdonamos ciertas características, que suelen ser propias de un producto industrial. Faltas de texturas, colores, sabor, fragancias parecen resolverse mágicamente al recitar las palabras "es que son artesanales" y esto no tiene porque ser así; es cierto que la industria de alimentos tiene años trabajando con insumos que mejoran estas características y a un costo relativamente bajo, logrando así que estos sean más masivos; más los productos artesanales, evitan el uso de estos químicos, pero no por ello deben mermar sus características ya que mientras lo industrial tiene la disculpa del precio, lo artesanal presume mejores ingredientes, procesos y por ello precios más elevados, por lo que para un consumidor, pagar más por algo con menor calidad, no debería ser lógico.


No queremos terminar este artículo sin dejar de mencionar a los que "se suben al coche" de lo artesanal, con la excusa que la competencia es industrial, muchas pequeñas empresas que poseen tecnología, usan insumos industriales e incluso empaques modernísimos, con solo poner la palabra "artesanal" en la etiqueta, tratan de separarse del mundo industrial al cual definitivamente pertenecen. Así que, si eres fanático de este tipo de productos, sigue disfrutándolos con todo gusto, y si además eres de lo que apoyan pequeños emprendimientos, invítalos a mejorar sus características (si es que lo necesitan), y que la palabra artesanal deje de usarse y abusarse como una excusa a la informalidad o a productos mediocres. Singan comiendo y bebiendo bien y ¡SALUD-OS!



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