¿NOS TOMAMOS UN ONCE?
Pues bueno, cumplía nuevamente una vuelta completa al Sol, y entre saludos y buenos deseos en las aulas, no faltó aquel que me recordara la relación entre mi natalicio y la herbácea festividad - "Profe ¿Cómo es? Nos metemos un cuatro-veinte" - a lo que casi de inmediato respondí - "Lo siento, yo soy más de tomarme un once". Pronto la incertidumbre rondó el salón y sin que nadie dijera nada, pues la duda se reflejaba en sus caras, les repliqué - "¿No saben que es tomarse un once?" "Saquen inmediatamente sus celulares (a ver si así les dan un buen uso) y busquen que es tomarse un once y me lo dicen" - Lamentablemente el famoso Google, esta vez, no tuvo todas las respuestas e incluso, la mayoría de referencias, eran del vecino país del sur y su costumbre de tomar un pequeño lonche; así que después de sacar de la ignorancia a mi pequeños saltamontes me propuse escribir este artículo para que mis ciber-alumnos tampoco vuelvan a tener duda sobre que es "Tomarse un once"
Obviamente - y como siempre hacemos - buscamos a un experto en el tema para que nos sirva de referencia al hablar de esta popular costumbre, así que acudimos a Roberto Samamé, cantante, poeta, compositor, pero sobretodo amante el Pisco, a quien ya hace varios años escucháramos esta frase por primera vez, y para tener el preciso aporte histórico citó a Atanasio Fuentes "El murcielago" quien en el siglo XIX nos contaría a través de sus crónicas lo siguiente:
"La Lima antigua estaba rodeada de huertos y jardines (1820) no teníamos luz electrica, la gente del campo se levantaba muy temprano (04:00 horas)...a las 09:00 o 10:00 las mesas en la casas estaba con frutas de estación recien cosechaditas.
No faltaba en sus despensas AGUARDIENTES de UVA y las encantadoras damas peruanas muy ingeniosas ellas se decían:
¿Comadre nos tomamos un once?, como la palabra AGUARDIENTE era una palabra "fuerte" para ellas, graciosamente escondían la intensión diciendo "ONCE" pues once letras tiene la palabra aguardiente"
Otra fuente de esta ancestral costumbre la podemos leer en "Aceituna, una" de Ricardo Palma:
"(...)Como iba diciendo, en los tiempos de Cerezo era la aceituna inseparable compañera de la copa de aguardiente; y todo buen peruano hacía ascos a la cerveza, que para amarguras bastábanle las propias. De ahí la frase que se usaba en los días de San Martín y Bolívar para tomar las once (hoy se dice lunch, en gringo):
-Señores, vamos a remojar una aceitunita.
Y ¿por qué -preguntará alguno-llamaban los antiguos las once, al acto de echar después de mediodía, un remiendo al estómago? ¿Por qué?
Once las letras son del aguardiente.
Ya lo sabe el curioso impertinente"
Probablemente en un contexto actual, tomarse un once sería muy mal visto; "estar bebiendo desde tan temprano", pero claro, si la gente se despierta a las 06:00 o 07:00 horas, a las 11 no habrán siquiera terminado de digerir el desayuno, mas recuerden que su Profe, nunca promueve el beber hasta morir, sino el degustar, disfrutando el momento y apreciando cada una de las deliciosas sensaciones que nos suele dejar nuestro destilado bandera en el cuerpo y el alma.
"(...)Como iba diciendo, en los tiempos de Cerezo era la aceituna inseparable compañera de la copa de aguardiente; y todo buen peruano hacía ascos a la cerveza, que para amarguras bastábanle las propias. De ahí la frase que se usaba en los días de San Martín y Bolívar para tomar las once (hoy se dice lunch, en gringo):
-Señores, vamos a remojar una aceitunita.
Y ¿por qué -preguntará alguno-llamaban los antiguos las once, al acto de echar después de mediodía, un remiendo al estómago? ¿Por qué?
Once las letras son del aguardiente.
Ya lo sabe el curioso impertinente"
Probablemente en un contexto actual, tomarse un once sería muy mal visto; "estar bebiendo desde tan temprano", pero claro, si la gente se despierta a las 06:00 o 07:00 horas, a las 11 no habrán siquiera terminado de digerir el desayuno, mas recuerden que su Profe, nunca promueve el beber hasta morir, sino el degustar, disfrutando el momento y apreciando cada una de las deliciosas sensaciones que nos suele dejar nuestro destilado bandera en el cuerpo y el alma.
¿Nos tomamos un once compadre?
- Un once sería una perfecta inyección de energía si llegas levantado horas o sientes que el día se te viene encima (1).
- Si eres de los que desayunan en forma contundente, un once sería perfecto para hacer una buena digestión y llegar a la hora del almuerzo con un apetito propio de la hora.
- En los meses de invierno, un once sería perfecto para agarrar un poco de calor y continuar con nuestras labores (2).
- Un once podría ser estupendo si queremos despejar la mente, tomarnos uno minutos para ver las cosas desde otro ángulo y porque no buscar algo de inspiración (3).
- Y por ultimo un once podría brindarnos un poquitito de alegría que es la que siempre encierra nuestro Pisco en su más cristalina forma.
Así que, si quieres rescatar un poco esta olvidada tradición - ¡Tomémonos un once! - que puede ser algo maravilloso mientras no se convierta en veintidós. treinta y tres o cuarenta y cuatro, ya que perdería el sentido de lo bonito y saludable para comenzar a convertirse en un problema, sobretodo en horas laborables; mas si eres de los que son su propio jefe, tienes un alto cargo o administras tu propio negocio, los invito a tomarnos un once y que me cuenten si sienten como esta bella costumbre comienza nuevamente a tomar vida en nuestro interior. ¡SALUD-OS!
(1) Recordemos que el alcohol es altamente energético y un pequeño vaso (2 Oz) podría aportarnos hasta 168 Kcal.
(2) El alcohol no nos da calor sino más bien nos lo quita, el efecto cálido que sentimos al beber es la sensación propia de dicho calor saliendo de nuestro cuerpo, mas si estamos bien abrigados este calor podrá ser retenido y aprovechado.
(3) El efecto vasodilatador del alcohol fomentará la mejor circulación de sangre, por nuestros capilares circulará más sangre y esto podría llegar a nuestro cerebro y - ¡voalá! - llegar la inspiración
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